Me provoca un placer infinito, ser recordada. Me hace sonreír saber que mis números me recuerdan. Por lo tanto me esfuerzo, que digo me esfuerzo… me parto el diámetro tratando de ser memorable!
Cada día (o noche) que paso con un numero, hago un despliegue de un gran catalogo de detalles para recordar. Claro que repito, copio, invento, pero sobre todo personalizo cada detalle matemático para sorprender, para impactar y prometo que lo disfruto!
Cada día (o noche) que paso con un numero, hago un despliegue de un gran catalogo de detalles para recordar. Claro que repito, copio, invento, pero sobre todo personalizo cada detalle matemático para sorprender, para impactar y prometo que lo disfruto!
Todo puedo hacer por ver unos ojos con un verdadero sentimiento de fascinación y ahí en ese justo momento me veo girando en un vestido vaporoso, con mis cabellos ondulados y unos sensacionales tacones girando todos, el vestido, mis cabellos, los tacones, el jubilo, el regocijo y yo
Pero sorprender no es sencillo, no. Se tiene que aprender el lenguaje matemático de cada numero, oigo cada suma que hace en voz baja, veo en la obscuridad lo que factoriza, huelo cada operación despejada. Sumo cada factor, sintetizo y voilà!
Siempre quiero desear sorprender y jamás quiero perder la capacidad de asombro! Por que la vida amorosa es una colección de polaroids, recuerdos espontáneos de los cuales solo recordaras una imagen. Y yo organizo el escenario de cada una de ellas! Aunque los pendejos solo recuerden mi rostro cuando amanecí con resaca!