lunes, 11 de octubre de 2010

Una cama, dos números y yo!


Desde hace meses el 3 llegó intempestivamente a nuestras vidas, me tomó por sorpresa… llegó sin pensarlo, ni calcularlo, solo un día amaneci en esa cama, donde me besaban y les besaba, donde; comenzamos (y seguimos) multiplicando por 3 y por 3 y por 3; sin titubeos, sin preguntas, sin palabras, solo números, solo un número: el 3!

Estoy en el centro y a mis lados ellos… y así bebemos, reímos, dormimos, platicamos y amanecemos juntos… juntos! Comenzamos a vernos de muy cerca, a conocernos muy dentro y después de eso… solo sigue el 3, uniéndonos cada vez más. Nos tenemos cada vez mas, teniendo menos cada vez.

El dice que comparte todo con nosotros menos la dicha, yo comparto todo con ellos menos la verdad y el, seguramente comparte todo con nosotros menos la normalidad… nos tenemos a nosotros, pero todos tenemos todo y a todos y a todas o sera que nunca tendremos nada ni a nadie?

A veces despierto en la cama, en la que no me acosté… habiéndoles tenido a los dos, pero algunas veces deseando haber amanecido en la mía, sola. Pero al medio día, cambio de opinión y por la tarde, otra vez.

P.D A veces intento encontrar algo de culpa y no hay ecuación que me permita llegar a ella. Solo hay risas, refugios obscuros, abrazos intensos, besos con olor alcohol y breves desencuentros con hombres que no son nada mío, mas que números con los que comparto mi vida.

lunes, 7 de junio de 2010

Cerrados? Abiertos?


OJOS CERRADOS
.- El No. 62 amaneció junto a mi, lo mire buen rato; ahí desnudo, tendido y extendido… me dieron ganas de sacarle el perímetro en silencio, antes de despertarlo… no puede hacerlo, lo único que hice fue volver a follar con el mientras resolvía una regla de tres.

Es mi amigo y es un patán; que intenta ser un amante despreocupado sin decimales y otras veces un amigo sexual a la tercera potencia, pero aun no logra ser ni uno, ni lo otro… o será que soy la que no resuelve la ecuación

P.D. No me gusta verlo a los ojos cuando follamos, por que no quiero encontrarlo y los cierro para que el no me encuentre mientras potencializo orgasmos que el me da, sin saberlo.

OJOS ABIERTOS.- Sentía la respiración del No. 56 tan cerca, que se confundía con la mía… no se siquiera por que estaba ahí, en su cama. Me sorprendí, riendo como hace meses y follando como hace años. Sabia que eso no era geometría de verdad, se ahora que eso no es mas que un conjunto imaginario de números inexplicables, que no me llevaran a ningún lado..

P.D. Me gusta mirar, mientras no ve… mirar y saber que todo acabo justo cuando comenzo.

martes, 18 de mayo de 2010

MI teoría de los Hombres Triples

Yo tengo 3 conjuntos dentro de mi Universo. Todas al igual que yo, deberíamos tener 3 hombres (o un hombre triple) que invada sin esfuerzo 3 conjuntos:

Conjunto 1.- Números paternales
Solo se llena con hombres-números que son candidatos para ser los padres de tus hijos; Esos hombres que los imaginas lanzando críos al aire, mientras ambos ríen; por que cierras los ojos y los ves sosteniendo una mano del tamaño de una moneda y se inflan hasta perderse en el cielo.

Conjunto 2.- Números amantes
Se llena exclusivamente de hombres-números a los que amas brutalmente y besas perfectamente. Esos que te mienten y ni siquiera te das cuenta, por que no te importa. Esos que admiras y te llevan a sistemas numéricos caóticos y alucinantes, por que te arrastran por todas las pasiones.

Conjunto 3.- Números cotidianos
Se llena de hombres-números con quien puedes compartir todos los días, esos que te hacen reír cuando lavas los trastos, los que te abrazan sin decirte casi nada, con lo que platicas con la mirada en silencios cómodos y felices.
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Los hombres triples, son difíciles de encontrar (por eso me ando en la vida de tres en tres).
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P.D. Si, es poliandria numerica!

lunes, 3 de mayo de 2010

Con numeros en las manos


Hoy en plena recta numérica de mi vida de total libertad y soltería, me sorprendo con números (de ayer y hoy) entre las manos. Me sorprenden ellos por si mismos y la sorpresa mía, de tenerlos.

Después de tantos números y ecuaciones repetidas no considere volver a tener complicaciones nivel 9; sin embargo al número nuevo, casi lo pierdo… toda la ecuación casi se jode, caaasi se me sale del conjunto A (de amigos), para perderse en el U (de los imbeciles) pero con dos chistes y 3 vodkas... regreso al conjunto, del cual nuuuuuca debió de haber salido, solo me queda envolverlo de perímetros amigables, calidos volúmenes y distraerlo con pocas matemáticas; pero sobre todo he de jurar que a ese, si que lo dejo en paz!

Hay números anteriores, que me hacen reír y seguir y volver a reír… números grandes, números divertidos, números pares que se reducen a impares antes de que se divida todo, antes que me divida yo. Pero hay números anteriores que me no me hacen reír, me hacen sufrir, para simplemente huir! Números pequeños, angustiosos, que no me dejan vivir!

Y están los otros, con lo que te imaginas sumandote, multiplicandote, despejándote hasta que no quede número o letra; con los que haces operaciones mentales, queriendo que sean viables, intelectuales, pero siempre sexuales.

P.D. Lotto Millonaria (40-52-56-62 y 8)

miércoles, 24 de febrero de 2010

Libertad gramatical y felicidad matematica


Tenia meses de no escribir y menos de multiplicar. Gracias Dios de los números que me despejaste con una regla de 3 el cerebro y de un lado me pusiste una calculadora solar y del otro un teclado ergonómico, Gracias!!!

Por fin di 3 saltos para enfrente en la recta numérica de mi vida. Cosa que aquí entre números y letras debo confesar que no fue naaaada fácil, pero ahora que lo hice soy tan encabronadamente feliz que giro en un tacón de la libertad, libertad que siento en mi estómago y que me explota en la boca.

Nunca, nunca dejar un número en el pasado me había ocasionada tantas ganas de reír y de resolver sudokus al ritmo de música caribeña.

Heme aquí... libre, soltera, sin trabajo, con casa, con amigos, con gatos, con vodka, con ositos de gomitas, con colores en la pared, con kilos de más, con piso laminado y sobre todo con hartos números que vivir, para después contar.